viernes, 9 de marzo de 2007

Cuestión infantil o de ombligo

Platicaban Mafalda y Peter Pan.
Yo les oía.
Peter, Pedro para los amigos, mayor de edad, informaba a tan aguda y aseada pibita que, a lo largo de la Historia, el centro del Universo había estado ocupado por entes tan distintos como el Sol, la Tierra, Dios Nuestro Señor (y el de otros), el Hombre, y hoy, el Individuo. Y hablo del universo en el que yo me desenvuelvo.
Me quedé con la copla, pues la realidad me requirió y tomé nota mental para retomar la idea en cuanto pudiera. Pude tras pegarme con la vida y con los intereses ajenos durante treinta años. Ahora lo hago, y no creo faltar al respeto a ninguno de los dos por publicar lo escuchado.
A mi modo, me sumo de nuevo a aquella conversación y pienso en ese centro virtual sobre el que todo gravita. Y si bien comparto opinión y secuencia con Pedro, también me apunto a la contestación que hoy daría ella: “¡No jodáis, ché*!”.
Pero, en ese ínterin de ir y venir la cuestión por mi cabeza, llego a conclusión en forma de posible remedio: poner en ese punto al Niño; sea éste pive, criança, bambini, children, enfant...; tanto a aquéllos que lo son por edad, como por vocación.
Aunque, seguramente, será éste otro deseo mortinato.
¿Qué opinarán mis demás de esta infantil elucubración?



* No te extrañes de tal contestación. Yo conocí a Mafalda de niña, pero, en mayor o menor medida y que me perdone Quino, todos los cuerpos crecen; aunque no ocurra lo mismo con las mentes.

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