miércoles, 26 de septiembre de 2007

Posible entrevista a Mendrugo

Como lo prometido es deuda, hoy me acojo a MENDRUGO. Y lo escribo con mayúsculas para distinguirlo de mí, el Mendrugo usuario de este blog. Siendo el personaje inabordable para un periodista, facilito a continuación una entrevista que una noche de insomnio sucedió en mi cama, y que creo puede facilitar el acercamiento al personaje.


Mendrugo. ¿Qué recuerda de su infancia?
MENDRUGO. Todo.
Mendrugo. Un libro.
MENDRUGO. La Historia Interminable, por el título, que es una consecuencia de su contenido.
Mendrugo. Un escritor.
MENDRUGO. Aquél que está a punto de serlo.
Mendrugo. Hábleme de sus orígenes.
MENDRUGO. Un aprendiz de escritor y mi madre se encontraron ante una cuartilla en blanco. Allí me gesté. Pero yo no he nacido. Mira, no tengo ombligo. No me parieron. A partir de ahí, la infancia jamás será un recuerdo. Luego, y antes, los libros. Un culto casi enfermizo a la inocencia. Poco más.
Mendrugo. Un amigo.
MENDRUGO. Don Quijote. Y aunque pocos se lo cuestionen, recordar que también fue niño… Acaso no ha dejado de serlo nunca.
Mendrugo. Un enemigo.
MENDRUGO. La conveniencia.
Mendrugo. Un ideal.
MENDRUGO. No madurar en adulto.
Mendrugo. Un deporte.
MENDRUGO. Andar por los pensamientos.
Mendrugo. Una frase.
MENDRUGO. Una pistola, una madre sin un hijo, como mínimo.
Mendrugo. Un pensamiento.
MENDRUGO. Mis hijos son de donde comen. Y aclarar que la he oído en la radio, de boca del hijo de una madre que debió enseñarle que ser consecuente elimina el nacionalismo teórico… Serrat, ¿le conoces?
Mendrugo. Sí, claro. Un idioma.
MENDRUGO. El del diálogo.
Mendrugo. Un invento admirable.
MENDRUGO. La imprenta.
Mendrugo. Uno decepcionante.
MENDRUGO. La televisión.
Mendrugo. Una técnica.
MENDRUGO. La cirugía.
Mendrugo. ¿Qué le provoca estupor?
MENDRUGO. La mentira en la que viven los políticos y gobernantes. Se la creen y la hacen verdad para todos los demás.
Mendrugo. La muerte. Hábleme de su percepción.
MENDRUGO. Para mí es algo que solo llegará si aquella cuartilla sobre la que aparecí se queda olvidada en un cajón. Y eso ya no puede ocurrir porque vas a publicar esta entrevista ¿no?
Mendrugo. Sí, esa es la idea.
MENDRUGO. Con respecto a los demás, hacia fuera, la muerte me parece algo que debe ocurrir sin intervención humana externa. Ningún padre o madre debería sobrevivir a su hijo o hija… Y me viene a molde un verso de un fabricante de fantasías, abuelo por parte de madre, acuñadas con palabras hacia su propio y desaparecido abuelo: “Yo era chico [cuando murió mi abuelo], yo no sabía entonces de muerte, yo era inmortal”. Me define y quizás sean esos mis genes. Antes me preguntabas por ellos… Todos deberíamos encontrar un verso que nos definiera. Simplemente para conocernos.
Mendrugo. ¿Existe dios?
MENDRUGO. ¿Existo yo?
Mendrugo. ¿La tolerancia acarrea peligros?
MENDRUGO. Sí. Por contra la intolerancia acarrea problemas. Pero si me dan a elegir, como a Joaquín, yo escojo la del pirata cojo, es decir elijo los primeros. Son más divertidos.
Mendrugo. ¿Qué ha cambiado?
MENDRUGO. La relación del hombre con la Naturaleza. Más concretamente la relación del Hombre con él mismo.
Mendrugo. ¿Y qué no ha cambiado?
MENDRUGO. Las Iglesias, sus órganos rectores. El dogma es lo que tiene. Hay que hacer muchas trampas para que siga siéndolo.
Mendrugo. Pero yo he leído en algún sitio que usted cree que todos las hacemos…
MENDRUGO. Pero también añado lo que tú voluntariamente omites. Y es que son discutibles cuando hay daño o interés particular. Cuando forman parte del juego, como un elemento más, aportan al juego más emoción. Conocí a un abuelo que hizo trampas a las cartas hasta que se murió. No engañaba a nadie, solo jugaba más intensamente. Ponía a sus hijos e hijas, y también a sus nietos y nietas, en una posición desde donde el juego, la trampa, acrecentaba el cariño.
Mendrugo. Luego las trampas son admisibles, ¿no?
MENDRUGO. En ese caso sí. Lo inadmisible es jugar con la baraja marcada. Y aun así se debe saber que quien conoce el código puede perder. Y si no, que se lo pregunten a George… Aunque a ése, mejor no preguntarle nada. No conozco a alguien tan cercano a la puerilidad como lejano a la infancia.
Mendrugo. ¿Es usted anti-norteamericano?
MENDRUGO. No. Soy humanista, partidario de integrar en el Hombre los valores humanos, propios, frente a los económicos, egoístas.
Mendrugo. O sea, ¿qué las ciencias…?
MENDRUGO. No te equivoques. Las ciencias, como tú las llamas, también forman parte del hombre. El tecnócrata es el que tiene las miras estrechas, no el científico.
Mendrugo. ¿Internet?
MENDRUGO. Un libro abierto en el que cabe todo. Y es difícil de encontrar algo en lo que todo quepa, que no se debe confundir con el todo vale. Solo es comparable al alma humana.

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