jueves, 10 de enero de 2008

Uno de tantos anuncios

A veces me pregunto por qué me siento agredido por la publicidad, por qué no paso de ella. Es un ejercicio que trato de realizar todos los días, como el de pensar, el de leer, … (A veces es imposible cerrar los ojos o los oídos). Pero hay ocasiones en que detecto el porqué de esa agresión. Y éste es un ejemplo: Orange se publicita(ba) en televisión con varios spots; en uno de ellos el narrador dice: “... haciendo que todo el mundo hable con todo el mundo…”. Siendo esta compañía quien asume el sujeto del verbo hacer, no me queda más remedio que juzgar esta afirmación como prepotente al menos. Si bien son los publicistas los responsables de la creación y realización de los anuncios, no puede olvidarse que son los anunciantes quienes dan el visto bueno final. Señores publicistas y señores de Orange, a mi nadie me hace hablar con todo el mundo, en todo caso, ustedes, mediante sus servicios, posibilitan que yo hable con otras personas que tengan teléfono mediante un desembolso por mi parte. Y eso está muy lejos de ser lo mismo que lo que ustedes quieren venderme, ¡coño!

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