jueves, 12 de junio de 2008

El bidé

—¿Pero qué haces ahí? —le grité a Erre C.A.
—Toy odinando.
—¿En el bidé?
—Ezte abuhedo ez máz pequeño quel del inododo. Me da medo coladme por eze.
—Pero, tío, el bidé es para asearse, coño —mi enfado aumentaba.
—Y el papé ez pada ezquibí, y tú lo uzaz pada limpiadte el culo.
—Hay objetos que tienen múltiples usos lógicos —intenté controlarme y explicárselo.
—Como el bidé.
—Bueno, pues cada vez que lo uses de retrete lo limpias con lejía.
—Y una miedda. Tú no lavaz el inododo cada ves que cagaz.
—Porque no es necesario.
—Ezo que lo disez tú.
—Pues no sales de ahí hasta que lo dejes mondao. En el armarito de debajo del lavabo tienes todo lo necesario, hasta guantes. Ahí te quedas.
Estuvo tres días arrestado y con protestas dentro del cuarto de baño. Pero al final, a cambio de un orinal, Erre C.A. limpió el bidé. Todos tenemos nuestros miedos, y algunos son insuperables.

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