domingo, 6 de julio de 2008

La culpa es del petróleo

—Vaya nochecita que nos has dado, jodío. Te mueves más que la inflación.
—¿Y ezo qu’ez?
—Es… Siempre me haces lo mismo.
—¿El qué?
—Cambiar de tema.
—¿Pedo qué te peocupa máz, la noshe que disez tú que oz he dao o lo oto?
—Lo otro.
—Pod ezo quiedo que m’hablez de eza infasión. Que m’ezpliquez lo que ez.
—La inflación es, groso modo, un gran aumento de los precios que no beneficia a la economía y perjudica al consumidor.
—Como un manoz adiba ezto ez un ataco, ¿no? Pedo entonsez siempe hay infasión, podque zi yo me muevo musho pada loz ladoz de la cama, loz pesioz lo hasen siempe padiva.
—Pero tú lo notas poco. En cambio yo sufro ambas cosas.
—D’ezo nada. ¿Pod qué queez que me meneaba tanto anoshe? Poz podque zoñaba con el petóleo.
—Si lo que te digo, ahora va a resultar que la nochecita se la hemos debido a la subida del barril de Brend. No te jode.

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