miércoles, 16 de julio de 2008

Los modales

—¿Cómo puedes comerte esos macarrones fríos y con las manos?
—De uno en uno.
—¿No te enseñaron modales?
—Yo no pizé el colehio, tío.
—Eso no se aprende allí.
—Ya, pedo miz padez edan unoz animalez.
—Ya lo pillo.
—Animalez en el mehod zentido de la palaba. Y, ademáz, he conosido loz macadonez en tu caza.
—¿Y me los has visto comer con los dedos?
—No. Pedo debedías decoddá que yo no teno dedo pénsil Erre C.A., cerca de mis ojos, hizo los cinco lobitos con su mano libre de macarrones, y así demostrarme que no tenía pulgar que oponer a sus otros dedos. —Me quieres convencer de que la falta de dedo prensil en las ranas es el motivo de tus guarrerías.
—Comed no ez ninguna guadedía.
—Depende como lo hagas. Si lo haces como los cerdos…
—Ez lo zuyo.
—¿El qué es lo suyo?
—Que loz seddoz hagan guadedías. Lo contadio sedía antinatudal. ¿No quees?
—Me estás ensuciando y liando.
—No. T’eztáz liando tu zolito, como ziempe. Y que zepaz que yo en Maduecoz comía con loz dedoz. Entédate. Y habá que vedte a ti uzá loz palilloz chinoz.
—Por lo menos, cuando acabes, lávate las manos —le dejé por imposible.
—¿Pada qué? Laz zedvilletad eztán pada algo, ¿no?

No hay comentarios: