domingo, 27 de julio de 2008

Por el interés te quiero Andrés

—He eztado hablando con tu shica.
—¿Y te ha dejado? —pregunté irónico.
—Zabe ezcushé mehod que tú.
—Vamos, que te ha dicho que sí a lo que le has pedido.
—No. Bueno, zí.
—Sois tal para cual.
—¿Pod qué?
—Porque hacéis frente común contra mí.
—¿Ezo queez?
—No sé si es cierto, pero lo pienso.
—Poz eztaz muy equivocado, podque mi agüela me dio pocoz concehoz, pedo uno fue que no me metieda en mitá de una padeha.
—Será en medio, ¿no?
—Vale, Letaz. En medio de ninguna padeha.
—Te he dicho mil veces que no me llames Letras. Sólo se lo permito a ella y cuando estoy de buen humor.
—Entonsez nunca.
—Vete a la mierda. ¿Y a qué te ha dicho que sí?
—A uzad zuz colladez ziempe que no loz shupe.
—¿Y qué haces con ese en la boca? —Ezte ez mío.
—Pues a mí me suena mucho.
—Podque me lo ha degalado. Dise que le le zalen ganitoz, y queo que ze lo degalazte tú.
—Me extraña. Yo jamás le he regalado un collar.
—Poz ya va ziendo hoda.
—Sí, para que lo uses tú. Además, me da la impresión que haces poco caso a los consejos de tu abuela.
—Agadao, que edez un agadao.

No hay comentarios: