martes, 26 de agosto de 2008

Las culpas

—Menoz mal que han zalido.
—¿El qué?
—Loz doz adoz olímpicoz.
—¿Y cómo?
—Como tú dihizte. Tu shica ez una adtizta. Ademáz m’ha hesho una puezta a punto de shapa.
—Las puesta a punto, que yo sepa, siempre son de motor.
—Ez iguá, quiedo desí que m’ha deparado una mano que tenía shunga, y un pad de puntoz en laz coztudaz pod laz peddedíaz qu m’hased tú con loz impeddiblez. Con lo fásil que zedía pedidme ponte azí o ponte azao,pedo miz pozez nunca zon de tu guzto.
—Cualquiera que te oiga...
—¿Cualquieda que me oiga, qué?
—Que puede pensar mal. Las posturas y eso…
—¿Pod qué ziempe llamaz ezo al secso, Mendugo?
—Me imagino que es la influencia de la cultura judeo-cristiana con la que me educaron.
—De veddad… Ziempe con laz culpaz en la boca y nunca zon tuyaz. Yo queo que ya edez mayodsito como pada pensá pod ti mizmo y habé abandonado loz maloz apendisahez.
—Para eso nunca se es mayor.
—Poz que no te oiga hablá máz de miz maloz astoz. Yo tambén teno defisiensiaz d’educasión.

No hay comentarios: