domingo, 14 de septiembre de 2008

Corporativismo

—¿Si tú fueras juez y tuvieras que juzgar a otro juez, te irías a la condena más alta?
—Zi fueda dana el husgado, no.
—Esa no es la premisa.
—Poz zi fueda hombe, tampoco.
—Pero bueno, ¿es tan difícil contestar a lo que te pregunto?
—No, pedo hasé una pegunta cuya contestasión zabe todo el mundo ez una tontedía, al menoz yo zoy queativo en la dezpuezta.
—Pero, aunque todos lo sepamos, no dejará de estar errado que siempre se vayan de rositas los magistrados, además de poco ajustado a justicia. Los jueces se convierten en abogados defensores de los colegas que procesan.
—Me padese que eze ez un agudeho de la democasia.
—¿Y qué tienes tú contra la democracia?
—Que tene máz falloz que el güindoz. Manda un codeo a loz políticoz o invéntate ota fodma de gobiedno.
—Eso ya lo han intentado muchos dictadores.
—Mendugo, todoz lo zomoz en alguna medida. Tú zin id máz lehoz.
—Ya decía yo que hoy me estaba salvando… Y para que veas que no soy un dictador hoy elegimos al cocinero a votos.
—¿Y zi hay empate?
—Decide el voto de calidad del presidente.
—Ezo zí que ez una flo.
—Vale, no hase falta que me digaz quien ez el pesi. Y pada que veaz tú lo lizto que zoy, yo voy a apuntá en un papel quien va a hasé hoy la comida. Y lo asepto, siempe que zea el cosinedo quien eliha el menú y la cantidá a esha en el pushedo.
—Mejor no lo echamos a votos. Lo dejamos como está. No quiero que parezca una imposición o que te hago trampas.
—Vez, lo mehó ez no meneallo.
—Sí, los aspectos económicos pesan mucho a la hora de decidir.
—Zí, pada algunoz incluzo zon un quedo.
—¿Un quedo?
—Zí, un quedo, de queer, de doma de fe.
—¿De doma de fe? ¿Quién doma la fe?
—Loz de ziempe. Pedo vete a deí de tu pade, Mendugo.

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