miércoles, 21 de marzo de 2012

Horas bajas


El yogui
¿Estás rezando?
—No, hago yoga, pada consentadme y apendé mehó a condusí.
—Estás pesadito, ¿eh? ¿Pero para qué quieres aprender a conducir? Hoy he llenado el depósito de gasolina y ya no me queda dinero para acabar el mes.
—No entaba en miz planez pagá la gazofa, zi no, eztadía cudando.
—Claro, qué inocente soy. Pero a este ritmo vamos a tener que elegir entre morir de inanición o de inmovilismo.
—Anda que vaz tú a mushaz manifeztasionez.
—Fui y las hice en mi momento. Pero lo que hoy pueda mover yo, es mejor que lo muevan otros.
—¿Confodmizmo?
—No. Desilusión. Actualmente prefiero comerme un cocido, resguardarme bajo el paraguas y esperar a que escampe.
—Ezo ez confodmizmo, no deziluzión.
—Llámalo equis. No importa lo que sea. A veces soy incapaz de expresar lo que siento.
—Ezo me paza a mí contigo. 
—¿Que estás desilusionado?
—No, que no zoy capás de zabe lo que ziento pod ti.
—¿Cuando estoy delante o cuando estoy ausente?
—Mida, tienez dasón. Cuando eztoy con otaz pedzonaz la coza cambia. Pedo tu pezensia inzita a Ede Se A a la develión, a llevadte la contadia.
—No eres al único al que le pasa. Soy un futuro finado firme candidato a ser alabado en su momento.
—Huy yu yuy.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Nada, nada.
—¿Tiras la piedra y escondes la mano?
—Como todoz.
—Yo nunca he hecho eso. Al menos de adulto.
—Tú haz zido ziempe adulto.
—Quizá. Por eso ahora quiero ser  un niño.
—Ezo tiene un nombe: el zíndome de Peted Pan.
—No, eso se llama estar hasta los...
—Cohonez.
—No hables mal.
—Anda que te ibaz tú a quedá con laz ganaz. Podque m'he adlantao, zi no...





No hay comentarios: