sábado, 12 de mayo de 2012

A quien le importe:

Deambular por la vida, coger de aquí y de allá; todo envuelto para regalo.
Acumular tragos de vino dulce y tragos de vino peleón, que más que al hígado afectan al corazón.
Misantropía generosa como ostra que no guarda perla.
Unicornio de papel que huye de las princesas.
Recorrer las ciudades de puntillas, pasar por los barrios a hurtadillas.
La muerte se alimenta de la vida, otro antagonismo dependiente, como el ausente siempre presente.
Enhorabuenas al que muere y pésames a quien nace.
Don Quijote vuelve vencido por la lógica, vencido y derrotado; acaso don Miguel lo mató de cordura, que es la peor mordedura.
Es tarde cuando empiezas a saber y siempre es pronto para acabar.
Un millón para Rato por hacer las cosas mal, anti-Midas, y un premio que sabe a castigo para quien las quiso hacer bien.
La justicia humana es inhumana.
Urdangarín y su socio se esconden uno detrás del otro; mientras, el colega de robo, drogata que no quiere que su tronco se coma el marrón solo, no le deja en la estacada: "Yo estaba con él, señor juez".
Lecciones de desasosiego, noticias que impactan más que un terremoto en Lorca.
Quedarse sin nada, sin los objetos que soportan tus recuerdos: “No, no puede entrar, hay riesgo de derrumbe”.
Y la diosa Gea erre que erre: primavera, verano, otoño e invierno.
Y ahora me acuerdo que mi madre fue joven. De eso hace ya un millón de años.
Y hay quien no encuentra su lugar porque no lo busca, y quien lo busca y no lo encuentra; la diferencia no existe, porque cuando consigues ubicarte no te dejan estar allí: hay peligro de derrumbe.
Maldita sea la esperanza, maldita la desesperanza y todo lo intermedio; incluida la quiniela.
Bendito el vacío de la ignorancia, bendita la infancia con pan y chocolote, aunque la mía fuera franquista.
Y así, de vez en cuando, ¿momentos de lucidez?, que si vinieran todos los días ya me hubieran dado la enhorabuena.

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