sábado, 15 de septiembre de 2012

Macarrones


—No toques la comida, hombre.
—Codiho: dano. ¿Pedo cómo quiedez que cuente loz macadonez zin tocadloz?
—¿Y para qué quieres contar los macarrones?
—Podque cuando zepa loz que vaz a cosed, divido pod cuato y ya zé mi dasión.
—¿Y eso para que te sirve?
—Pada ved zi m’engañaz. Luego, cuando me loz como loz cuento. Y tienen que cuadad.
—Si vives con la preocupación de que te engaño, malo. Oye, ¿y si te sirvo más de los que te corresponden?
—Entonsez no digo na.
—Pues entonces, como dices tú, el que engañaría no sería yo.
—A Ede Se A no le peocupa engañad, zino que l’engañen.
—Pero servirte menos comida no es un engaño. Si tuviera que servir la cuarta parte exacta en cada plato, comeríamos la comida fría. Immagínate cuando pongo sopa de fideos.
—Ya, pedo cuando ponez entecotez zí que tiene impodtansia. Pedo, lo de loz fideoz ze zoluciona con un inztumento de pesisión.
—Como un peso, ¿no?
—No, como una lupa. Loz fideoz cabellín zon muy finoz.
—Podías emplear tu tiempo en otra cosa más..., más...
—¿Máz qué?
—No sé, ¿más provechosas?
—¿Y qué hay máz proveshozo que loz alimentoz?
—Pero eso es llevar las cosas a los extremos.
—¿No disez que hay que contad ziempe con loz estemoz?
—Pero eso es en el fútbol, que siempre mezclas churras con merinas.
—Las medinaz no sé, podque no tengo n’idea de lo que zon, pedo laz shudaz zon máz fásiles de contad y de mohad.
—Las churras no son las hembras de los churros.
—Vaya que no.
—Pues no. Son una raza de ovejas, como las merinas. Estas últimas dan buena lana y las primeras buena leche.
—A mí me guztan máz con shocolate calentito que con leshe.
—Vale. Tú a lo tuyo.
—La veddá ez qu’eztoy hadto de contad macadonez.
—Aunque sólo lleves cinco. Pero si quieres puedes contar ahora los agujeros de los macarrones. A ver cuántos te tengo que servir. Y espero que te hayas lavado las manos.
—Aunque toque loz abuhedoz no paza nada, pedo laz tengo limpiaz. Y no, no voy a contad loz abuhedoz, en ezo no m’impodta que m’engañez. Ez máz, te loz puedez poned tú todoz.
—Pues los agujeros, en el plano contable en el que te has situado, son muy importantes.
—Ezo ez en economía, no en la alimentasión.
—Y en el fondo ¿no es lo mismo?
—Zi hasez lo que yo, contad loz macadonez cuando me loz como, quisá. Pedo mi eztómago no entiende d’economía. 






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