domingo, 2 de diciembre de 2012

Delante mío

—Mendugo, ponte delante mío.
—¡Qué bruto eres!
—Zi no te voy a pegad ni nada.
—No, si lo digo por el “delante mío”.
—Anda, ¿ez que Ede Se A no tiene delante ni detáz?
—Sí, pero ni es tuyo, ni de nadie. Se dice delante de mí o detrás de mí.
—Vamoz, que no tengo ni pazado ni futuro.
—No hablamos del tiempo, sino de lugares en el espacio. Y esos no son propiedad de nadie.
—Poz hay quien lleva veinte añoz en la mizma poltona.
—Eso es lo que tiene la democracia, pero también se puede controlar. Aunque, ¿quién controla al controlador? Bueno, ¿y para qué quieres que me ponga delante e ti?
—Ya no impodta. Ez que m’eztaba dezlumbando el zol qu’entaba pod la ventana.
—Muy bonito. Así que me usas de toldo.
—¿No me uzaz tú a mí de antidepezivo?
–Mira, a partir de ahora te voy a llamar Prozac. Y yo no estoy deprimido.
—Pada cudadze lo pimedo ez diaznozticad. Y zi no, fíhate la que lió el Sapatedo eze pod no deconosed loz zíntomaz.
—Y lo están pagando.
—Mientaz zolo pieddan votoz...
—En eso tengo que darte la razón.
—El pogama elestodal debedía alcansad el dango de contato.
—¿Y eso a qué viene ahora?
—Que zi un contato ze incumple, ya zabez...
—Depende de quien lo incumpla. Que se lo digan a los farmacéuticos.
—Ez que zi el remendón antediod no ze entedó, el de ahoda adegla loz sapatoz clavando clavoz. Y no veaz lo que le duele a la hente.
—Acaso sea porque no es zapatero, sino registrador de la propiedad.
—Poz como ziga azí, no ze yo zi va a tenez algo que dehiztad.






Imagen bajada de  wikipedia

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